TRADICIONES

FIESTAS DE LOS BARRIOS 

Los barrios históricos de la ciudad de Tarancón rodean el casco antiguo y se articulan entorno a pequeñas ermitas de veneración cuyos santos titulares dan nombre a estas barriadas: Santa Quiteria, San Juan, San Roque y San Isidro.

En siglos pasados llegó a haber en Tarancón seis ermitas más, sumadas a las que se conservan, que eran Santa Marina, San Sebastián, Santa Ana, San Pedro, San Antón y el Dulce Nombre de Jesús.

Las ermitas se situaban en las entradas al pueblo, a pie de los caminos, siendo elementos de sacralización y protección del casco urbano que quedaba dentro del perímetro configurado por estas pequeñas capillas.

En estas ermitas han existido tradiciones arraigadas que perduran hasta nuestros días en forma de fiestas patronales de cada barrio. El día del santo titular la ermita permanece abierta toda la jornada, de la mañana a la noche, para la visita de los vecinos que acuden a entregar sus limosnas en homenaje al santo. La jornada siempre comienza con una misa y al atardecer una concurrida verbena con música hasta la madrugada no faltando las churrerías y puestos de dulces. Culminan con los fuegos artificiales y traca, antaño con el “torillo de fuego” costumbre hoy perdida.

Los actos religiosos concluyen el día después de la fiesta con otra misa por los difuntos de la barriada.

En esos días las puertas de las casas de los vecinos del barrio se abren para recibir la visita de amigos y conocidos a los que se ofrece la tradicional limonada, especie de ponche hecho con vino blanco, limón y azúcar macerado con fruta troceada.

ERMITA DE SAN ISIDRO

A finales del siglo XVII se levantó la Ermita de San Isidro, tras la canonización del Santo Patrón de Madrid. Al ser protector del campo, la ermita se sitúa al sur de la población, en la salida hacia las viñas. Su fiesta se celebra cada 15 de mayo.

ERMITA DE SAN JUAN BAUTISTA

Situada a la entrada del antiguo Camino Real de Madrid, la Ermita de San Juan data del siglo XVI, como lo atestiguan su cornisa de ladrillo macizo de disposición geométrica y su elegante espadaña rematada por frontón clásico, también de ladrillo. Frente a ella se sitúa una cruz de piedra que marcaba la entrada al pueblo y hoy está en el cruce de la calle San Juan con Marcos Aniano y Ronda de San Isidoro. El 24 de junio es su fiesta.

Además de a San Juan Bautista, en su interior se venera al Cristo de la Buena Muerte al que era costumbre antigua encender una vela cuando una persona agonizaba.

ERMITA DE SANTA QUITERIA

Aunque el edificio actual de la Ermita de Santa Quiteria data del siglo XVI la devoción a esta santa, protectora contra la rabia, la trajeron a Tarancón los gallegos que repoblaron la comarca en el siglo XII. Está situada al norte del casco histórico junto al Camino de Barajas de Melo. Se celebra a esta Santa cada 22 de mayo.

ERMITA DE SAN ROQUE 

La ermita de San Roque, abogado contra las enfermedades infecciosas, se construyó en el siglo XVII al sureste de la población. Es un edificio con tejado a cuatro aguas que conserva en su interior la viguería vista de madera. Se festeja el 16 de agosto.

SAN VÍCTOR Y SANTA CORONA

A San Víctor y Santa Corona, patronos inmemoriales de Tarancón, se les ha erigido una moderna parroquia en el noroeste de la ciudad. A raíz de esta circunstancia se ha recuperado su fiesta que se celebra de forma similar a la del resto de barrios cada 14 de mayo.

OTRAS FIESTAS POPULARES

SAN ANTÓN

Tarancón celebra cada 17 de enero una de las tradiciones más queridas por parte de los más pequeños, San Antón. 

Así mismo, el hecho de que se considere a San Antón como el protector de los animales se debe, según las crónicas, a que durante su retiro en la naturaleza estuvo en contacto con muchos animales a los cuales se encargaba de cuidar, por lo que desde sus inicios se relacionó la santidad de este monje con la protección especial a las especies animales. 

En el caso de Tarancón, los paralelismos con lo mencionado anteriormente son más que evidentes. Hasta mediados del siglo XX, las dos fuentes principales de riqueza de nuestra ciudad eran la agricultura y la viticultura, lo que, unido a otros oficios relacionados como la oliva o las pipas, convirtieron a los animales en agentes fundamentales para el correcto desarrollo de las distintas labores de cultivo y producción. Es probable que antes de la guerra civil se celebrara de forma algo más solemne la festividad de san Antón, sin embargo, la tradición que se realiza actualmente es posterior a la contienda junto con otros añadidos de las dos últimas décadas.

El día de la fiesta, 17 de enero, se realiza una eucaristía en las dos parroquias de la ciudad caracterizada por la bendición de los conocidos como “panecillos de san Antón”. Se trata de unos panes pequeños que los distintos de Tarancón realizan especialmente ese día y que al término de la misa se reparten entre los asistentes. 

Otro de los actos más característicos de este día es el de la bendición de los animales. El día del santo, se realiza la bendición a las puertas de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción por la tarde, donde se puede ver a gente de todas las edades, especialmente niños, con toda clase de mascotas que se congregan en el atrio y las escaleras de la iglesia a la espera de la bendición del sacerdote.

Por su parte, en la parroquia de San Víctor y Santa Corona esta bendición se lleva a cabo el domingo del fin de semana más cercano a la festividad de San Antón. Tras la misa de 12, se realiza este acto, al cual se suma también la procesión de san Antón, organizada por la Asociación Amigos del Caballo. Para ello, la imagen es dispuesta sobre un carruaje tirado por caballos encabezando la procesión que pasa por la puerta principal de la parroquia y tras ella todos los caballistas que lo deseen también pueden pasar para que el sacerdote les imparta la bendición y les asperja con el agua bendita.


SAN CRISTÓBAL

La Hermandad de San Cristóbal surge en Tarancón al comienzo de la década de los 50, cuando un grupo de jóvenes mecánicos y camioneros deciden poner un orden legar a las tradiciones derivadas de la devoción de este Santo en nuestra localidad. Durante muchos años se celebraba el traslado de la imagen de San Cristóbal, que siempre ha estado en el santuario de Riánsares, al pueblo el día 9 de julio, víspera de la fiesta. El día 10 era costumbre escuchar misa en la parroquia de la Asunción y, por la tarde, participar en el multitudinario desfile procesional motorizado que salía desde la plaza de la Constitución con camiones, turismos y motos, entre otros vehículos, para devolver la imagen a la ermita. 

Con los años, la fiesta de San Cristóbal, que llegó a ser la más multitudinaria y esperada del resto de barrios de Tarancón, perdió popularidad y finalmente, con la llegada de la crisis del 2008, despareció totalmente.

Desde el año 2020, la Hermandad se ha vuelto a constituir gracias a la iniciativa de una nueva directiva joven y entusiasta que, poco a poco, está consiguiendo recuperar esta festividad. Desde ese  momento, se ha restaurado la imagen del Santo, dotándola de nuevos ornamentos con los que ya en julio de 2021 ha podido lucirse en la recuperada procesión de vehículos, junto a los demás actos religiosos.

SAN JULIÁN Y 15 DE AGOSTO – ROMERÍAS DE LA VIRGEN DE RIÁNSARES

Dentro del calendario religioso taranconero, hay dos fechas en el año que están marcadas a fuego: el 28 de enero y el 15 de agosto. Dos días en los que se produce el traslado al Santuario y la vuelta de la virgen de Riánsares de nuevo a Tarancón. Son, sin duda, dos jornadas muy especiales.

Esta tradición fue creada en el siglo XIX por los duques de Riánsares, don Agustín Fernando Muñoz y la reina María Cristina de Borbón, grandes devotos de la virgen. Tras su matrimonio, los duques construyeron dos palacios en Tarancón para pasar largas temporadas en el municipio: el palacio de “invierno”, actual sede del Ayuntamiento de Tarancón y el palacio de “verano”, anexo al santuario de la virgen de Riánsares. La construcción de este segundo palacio fomentó el deseo de que el pueblo de Tarancón tuviera más cerca a su patrona y ello se explica en el hecho de que la virgen apenas era trasladada a Tarancón; solo era traída al pueblo en momentos de crisis, tales como epidemias, sequías o acontecimientos que necesitaran de su especial amparo y protección. 

De este modo, los duques decidieron instaurar esta romería para que la mitad del año la virgen estuviera más cerca de su pueblo, pudiendo celebrar las fiestas patronales en su honor en el mes de septiembre, y el resto del año recibiera los desvelos de sus hijos en su santuario junto al río que lleva su nombre. Las fechas escogidas para ambos traslados no fueron mera casualidad, ya que el 28 de enero, la iglesia de Cuenca celebra la festividad de su patrón San Julián, por lo que suponía una fecha señalada para llevar a cabo el traslado de la imagen a su santuario. Y en el caso del regreso a Tarancón, la iglesia universal siempre ha celebrado con gran solemnidad el 15 de agosto, festividad de la Asunción de la virgen María a los cielos. Por lo tanto, ambas fechas se erigían como señaladas en el calendario, a la par que constituían una casi perfecta división de 6 meses para la estancia en el santuario y otros 6 para la parroquia.

Tanto en una fecha como en otra, hay dos momentos claramente diferenciados dentro de la romería. En el caso del día de San Julián, la virgen sale a las 3 de la tarde de la parroquia de Asunción en solemne procesión acompañada por los co-patronos de Tarancón, San Víctor y Santa Corona abriendo el cortejo, y tras la virgen el clero parroquial, las autoridades civiles y militares y la Agrupación Musical Nuestra Señora de Riánsares. La procesión discurre por el Arco de la Malena y la cuesta de la Bolita, donde la virgen se encara para mirar por última vez a su pueblo hasta su regreso. Tras una breve admonición del cura párroco, comienza la romería donde la virgen es llevada de forma más ligera por turnos de devotos que cubren los casi 5 kilómetros que la separan de su santuario. A su llegada se canta la salve solemne y se oficia una eucaristía, dando así comienzo a la estancia de la patrona a orillas del Riánsares.

El 15 de agosto por su parte, es día de fiesta grande. Desde primera hora de la mañana, gente de todas las edades se dirige a pie o en coche a la ermita para asistir a la misa del alba que se celebra en la explanada del santuario y que está presidida por la imagen de la virgen de Riánsares. Es este el pistoletazo de salida que culminará por la noche con la romería de vuelta. Una vez llegado el atardecer, las imágenes de San Roque, cuya fiesta se celebra al día siguiente, y San Víctor y Santa Corona, bajan por la cuesta de la Bolita al compás de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Riánsares junto con las autoridades religiosas, civiles y militares y la corte de honor de las fiestas patronales para recibir a la virgen a la entrada del pueblo. Una vez que la virgen llega al inicio de la cuesta, es recibida por el cura párroco, los aplausos del público allí congregado y un espectáculo de fuegos artificiales que, junto con el volteo de campanas de la parroquia, anuncian a todo el pueblo que la Madre ha vuelto a su casa. Una vez dentro de la iglesia, se canta la salve solemne dando así fin a esta jornada.

 

BELENES

La Asociación Belenista ‘La Hoguera’ trata de recuperar las tradiciones y, sobre todo, de inculcar y transmitir a pequeños y mayores su cultura. Un legado que nos dejaron nuestros mayores y que debemos mantener para pasarlo de generación en generación transmitiendo el verdadero mensaje de la navidad, LA FAMILIA Y EL NACIMIENTO DE JESÚS.

Los datos indican que un 25 de enero se formalizó la Asociación Belenista ‘La Hoguera’ creando su junta directiva, pero fueron unos seis años atrás cuando un grupo de amigos, amantes de la navidad, se reunieron para montar belenes y transmitir esa pasión al pueblo de Tarancón.

El belenismo cumple un papel fundamental en las tradiciones taranconeras. La Asociación Belenista ‘La Hoguera’ es su principal impulsora a través de diferentes actividades que ya se han convertido en toda una tradición navideña: ruta de belenes por las calles de nuestro municipio, concursos, degustaciones o exposiciones. Esta asociación logra movilizar a toda la población para que Tarancón se convierta cada año en todo un referente en Navidad. 

El primer presidente fue Julián Córdoba, pasando después a ser Presidente Honorario y sucediéndole en el cargo Mª Carmen Olmedilla la que ha estado al pie de la Asociación hasta 2018. Actualmente, el presidente es Juan Castejón.

SAN FRANCISCO  

San Francisco es designado Patrón de los Belenistas, celebrando así el día 3 de Octubre el Transito de San Francisco y el día 4 su solemnidad. En Tarancón los Belenistas lo celebramos de manera muy activa ya que tenemos la Imagen del Patrón en el Convento de Los Padres Franciscanos y una orden dedicada a este Santo con una decena de Franciscanos que le rinden culto y devoción durante todo el año además de una orden Franciscana Seglar.

Desde el 2018 el fin de semana más próximo a San Francisco se celebra una procesión organizada por la Asociación Belenista “La Hoguera”, donde participan activamente todas las hermandades con sus estandartes, banda de cornetas y tambores y demás autoridades eclesiásticas y locales.